La decisión de anunciar a Ariel Lijo y a Manuel García-Mansilla como los candidatos del Poder Ejecutivo a la Corte Suprema se tomó en la mesa chica de Javier Milei con extrema discreción.
Sorprendió, incluso, a los funcionarios que, deberán buscar los acuerdos en la oposición para que los pliegos consigan dos tercios de los votos en el Senado, un trámite en el que naturalmente tienen fuerte injerencia los gobernadores..